En el año 2008 durante el gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero España comienza a sentir los embates de una fuerte crisis que afectaría todos los ámbitos sociales y económicos de la nación, conocida a nivel mundial como la crisis española. Pero no es hasta el año 2009 cuando estos síntomas comienzan a sentirse de manera muy marcada afectando sin distinción alguna a los habitantes de este país.
Uno de los principales efectos que mostró la crisis económica y que afectó directamente el aparato productivo y la economía del país, sin dejar a un lado la calidad de vida de todos los españoles, fueron las reformas laborales y las modificaciones en las leyes vigentes que se implementaron como medida para apalear un poco los efectos de la crisis, estas reformas llevaron al despido masivo de miles de ciudadanos lo que generó fuertes protestas en el país.
Aunado a esto, lo que representó para España una característica fuerte de su economía como fue el sector inmobiliario y de construcción comenzó a sufrir efectos negativos, las entidades bancarias frenaron el financiamiento para la compra de viviendas, por lo cual este sector fuerte de la economía se vio estancado al no poder seguir vendiendo sus propiedades como normalmente lo hacía.
España por ser miembro activo de la Unión Europea, generó alarmas dentro de la misma, mostrándola como un candidato fuerte que necesita la intervención de la UE como medida de ayuda para solventar o tratar de frenar la fuerte crisis española de la cual estaban siendo objeto.
Muchos miembros de esta comunidad intervinieron de manera positiva, tal es el caso de Bruselas que poyo al gobierno español y a sus ciudadanos con el financiamiento para la creación de cajas de ahorro y pensiones, medida está junto con otras más que incidieron incipientemente en las mejoras de la calidad de vida de los españoles.
Es indudable que la crisis española ha tenido un fuerte impacto en la economía de este país, sus deficiencias en el aparato productivo se vieron expuestas directamente por fallas en la competitividad y la productividad. Por lo cual, el gobierno de turno debe tomar las medidas pertinentes para corregir estas deficiencias y apuntalar nuevamente una economía solida que conduzca a tener de vuelta la solidez de una economía productiva y eficiente en beneficio de la nación.
Se estimaba que para el año 2016 los efectos de la crisis española ya estarían siendo minimizados de manera amplia, sin embargo, esta esperada recuperación no alcanzó los niveles esperados pero si mostró mejoría, el producto interno bruto (PIB) para este año aún no alcanzó los niveles del año 2008, niveles estos fijados como indicador de mejoría en la economía del país. Se espera que para el año 2017 los niveles de productividad vuelvan a ser los que se tenían antes de la aparición de los efectos de la crisis de España.
La crisis española sigue siendo una de las principales causas de emigración a países sólidos y económicamente estables como lo es Nueva Zelanda